Cuando hablo de Senegal afloran en mi mente muchos recuerdos, estuvimos viviendo un año en Dakar y fue una experiencia inolvidable. Gorée es una de las islas que hay en frente de la costa de Dakar, no es muy grande pero sin duda alguna es uno de esos lugares que no se deben dejar de visitar.
La historia de Gorée es muy triste aunque actualmente sus calles no nos recuerden ese pasado oscuro quedan algunos vestigios que nos hacen entrever lo ocurrido. Todo empezó cuando en 1444 llegaron a la isla los portugueses que se instalaron allí para tener una base comercial africana, más tarde, en 1536, construyeron la primera Casa de esclavos. Fueron tres siglos de venta y tráfico de esclavos llenos de horror y desesperación por la que pasaron unos 20 millones de esclavos y más de 6 millones de ellos muertos por el camino. La Casa de esclavos, que hoy en día es un museo conservado por la Unesco, fue obra de los holandeses que en 1776 reconstruyeron la anterior y le dieron la estructura actual. Allí esperaban en los calabozos 3 o 4 meses hasta que llegaban los barcos que los transportarían esencialmente a Estados Unidos, a Brasil y al Caribe. Para llegar hasta los barcos tenían que recorrer un pasillo largo, oscuro y estrecho al final había una puerta, es puerta conocida como “la puerta sin retorno” era el último paso para empezar un viaje sin retorno, lejos de sus familias, de su tierra natal. En 1848 Francia que tenía en ese momento el control de la isla abolió la esclavitud y se cerró la casa de esclavos.
Hoy por esas calles, la mayor parte de ellas sin asfaltar, vemos niños que juegan al fútbol, artistas de todo tipo, mujeres que venden artesanías, pescado asado en el momento, fruta… Los olores de las comidas se mezclan con los de las flores y los sonidos de los niños jugando con el de los ferrys que van y vienen desde Dakar y con la música.
En la parte alta de la isla encontramos restos de las fortificaciones francesas, cañones, bunkers y viejos túneles que dan cobijo a muchos artistas de la isla. Gorée se caracteriza por no tener coches, por lo que los fines de semana es un refugio de tranquilidad para muchos de los habitantes de Dakar, las playas están muy bien cuidadas, el agua es cristalina y además hay muchos restaurantes donde se come muy bien todo esto hace que hoy en día sea la «isla bonita» de Senegal.
muy bonita la descripción.
Muchas gracias 🙂
Joaquín estuvo en Dakar la semana pasada pero no pudo hacer turismo, fue por trabajo…
A ver si nos acercamos los dos y conocemos el lago rosa y esta isla tan bonita que nos comentas…
Besitos,
Aurélie
Dakar no es muy bonita, aunque nosotros hemos dejado amigos allí y nos trae buenos recuerdos pero la isla de Gorée es muy bonita. Senegal es un país que sorprende, tiene muchos lugares con encanto que descubrir.
Besos